Todo lo que debe saber para invertir mejor

Con la invasión de importados que hubo el año pasado en sectores como el de tornillerí­a y fijación, se volvió determinante unir esfuerzos entre proveedores, dueños de ferreterí­a y clientes, para garantizar la calidad y seguridad en la pequeña y mediana industria. ¿Cómo ofrecer y comprar lo que más nos conviene? El sector ferretero, fue uno de los tantos mercados beneficiados por la bonanza petrolera, pero con el remezón de esta industria y el aumento de la competencia con marcas de grandes superficies, su estado actual no es mejor que el de otros sectores de la economí­a colombiana. Las consecuencias han sido sentidas, sobre todo, por los pequeños propietarios. Adaptarse a las normas de un mercado cambiante, en el que grandes empresas importan millones de productos a bajo precio, hace que incluso, a veces, hasta los clientes, pierdan la perspectiva y olviden que lo barato puede salir muy caro. Un ejemplo de ello se vivió muy claramente en el área de la fijación. Según los expertos, el año pasado el 90% de los productos de ese sector que ingresaron al paí­s vení­an de Asia (principalmente de China), lo cual prendió las alarmas sobre cuál era el porcentaje de esa mercancí­a cumplí­a con todas las normas correspondientes. Que el criterio determinante de comercialización fuera el precio, aumentó el desconocimiento de los productos y sus normas, lo que se sumó a la ausencia de controles de calidad. Esto último se empezó a notar en reclamos a las ferreterí­as por haber proveí­do sistemas de fijación de baja calidad (como puntillas que no cumplí­an los requisitos de seguridad necesarios en productos hechos para ser sometidos a medianos y grandes esfuerzos), los cuales representan un riesgo para la ejecución de proyectos en todo tipo de industrias.

Abundan los tornillos, arandelas y puntillas que no resisten el peso para el que supuestamente son hechos.

Vea la nota completa en la edición virtual.